domingo, 10 de abril de 2011

Dormitando



Atrapada entre mis sueños y mis códigos capaces
de embellecer la ausencia y la fortuna sin contrastes.

Entre el pelaje tibio de la esperanza salvaje
de ambicionar el amor entre mis brazos sin cause.

Porque quisiera tener un remolino en primera clase
ese que de niña gira sin importar si es claroscuro el aire.

Me queda tanto amor entre mis dientes y calles
en una alegoría que muestra mi aura y mi talle.

Es tan bonita la aurora que me trae estos nuevos aires
una valentía que me cubre de fuego y de romance.

Es entonces que me nace compartir la alegría
entre poetas que percuten su sangre
que desangran en sus vientres y sus plumas la carne.

Les amo en este día que los puedo sentir salvajes
que su aliento me sabe a suerte de encontrarnos en este viaje.

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