domingo, 8 de enero de 2012

Temerosa espera.


Siento que la mirada
que clavas de soslayo
en esta noche clara
de sueños ya pasados,
confunde la ironía
de tenerte entre mis brazos.

Han pasado las horas
y llega éste encuentro esperado
ha concluido en respeto
y en arte de pluma frustrado...

Porque quererte como te quiero,
desnudo, simple y madurado,
como la guayaba dulce
o como el coco endulzado;
la nueva espera se hace eterna,
en esta pieza de amados,
en los perfúmenes del tiempo
en que nuestra historia a durado,
la nostalgia de perderte
y verme presa de tu retrato.

Es el miedo de no verte
lo que me deja asustado,
es la angustia de poseerte
en mi blanco cuerpo sentado,
quisiera dejar de temerle
a la vida y sus cruzados
momentos que me regalas
a oscuras y engañados,
los minutos y las pisadas
de tus pasos robados.