
Siento que la mirada
que clavas de soslayo
en esta noche clara
de sueños ya pasados,
confunde la ironía
de tenerte entre mis brazos.
Han pasado las horas
y llega éste encuentro esperado
ha concluido en respeto
y en arte de pluma frustrado...
Porque quererte como te quiero,
desnudo, simple y madurado,
como la guayaba dulce
o como el coco endulzado;
la nueva espera se hace eterna,
en esta pieza de amados,
en los perfúmenes del tiempo
en que nuestra historia a durado,
la nostalgia de perderte
y verme presa de tu retrato.
Es el miedo de no verte
lo que me deja asustado,
es la angustia de poseerte
en mi blanco cuerpo sentado,
quisiera dejar de temerle
a la vida y sus cruzados
momentos que me regalas
a oscuras y engañados,
los minutos y las pisadas
de tus pasos robados.
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