domingo, 26 de junio de 2011

AGRADECIDA NOCHE.


Primavera de mis sueños resorte de mis duelos
caricias de las sombras que conforman mi vuelo.

Las manos ya gastadas de recoger pañuelos
en lágrimas mortuorias de cabizbajo tiempo.

Equis distante calma en resueño de bolero
caricias permanentes en tú humilde puerto.

La magia que produce y restablece el quiero,
cuando los ojos abren el mañana venidero.

Rotunda peripecia de administrar revuelos
en una lozanía donde descubres su talento.

Las hojas que renacen en las primaveras que tengo
son hojitas de penurias, que en eficacia contemplo.

La vida es una barca que lleva a los pasajeros,
en un vaivén que sacude en la mejoría de su secreto.

Tus ojos que recorren la musa de ese silencio,
sonrisa que recubre en abierta duda de ventisqueros.

La brisa que lesiona a tú figura en asecho,
derrumbando la nostalgia que derrumba lo que has hecho.

El sol que se contrae en un firme grito al tiempo,
para detener las horas de dolor y de tormento.

La aurora condiciona el amanecer perfecto
en brazos que descubren la eficacia de tu cuerpo.

La belleza que se asoma en un triste agujero
para deslumbrar con ella la ilusión de poseerlo.

Agradecida noche y nobleza de pez en fuego,
eres quien alimenta el espíritu con tu silencio rezo.

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